Escritura científica: Aspectos y recomendaciones a contemplar

La escritura de un trabajo científico en Fisioterapia, o en cualquier otra disciplina, no es una técnica que suela aprenderse o enseñarse en una asignatura concreta. Si bien es un aspecto que suele abordarse en distintos momentos de la carrera universitaria, no existe una única forma de difundir los resultados de una investigación o de elaborar un discurso utilizando un lenguaje científico. Este capítulo pretende ayudar al estudiante matriculado en el TFG (Trabajo Fin de Grado) aportándole información básica al respecto.

En cualquier caso, redactar y comunicar los hallazgos de una investigación o de un TFG significa poner en orden una serie de datos e ideas presentadas en una secuencia lógica de forma precisa y clara. El escrito científico sacrifica el deseo de originalidad estilística a la expresión concisa y clara de los datos (Bobenrieth , 1998). Aun así, el efecto final debe ser agradable.

En cuanto a la redacción es importante no cometer errores gramaticales ni ortográficos ya que, aunque parezca absurdo recordarlo, no es menos importante que el uso del leguaje científico en sí y que se abordará de forma sucinta más adelante. Merece la pena aclarar que cuando se ha desarrollado una idea en más de una oración debe ponerse punto final a ese párrafo y que no se aconseja escribir párrafos con menos de tres líneas de escritura.

Los conectores del discurso son útiles y pueden tener distintas funciones. Según los que se utilicen servirán para:

  • Ordenar el discurso: Antes de nada, en primer lugar, en segundo lugar, por último, para empezar, finalmente…
  • Ejemplificar: Por ejemplo, concretamente, en particular, etc.
  • Indicar causa: Porque, ya que, como, a causa de, debido a, visto que…
  • Añadir ideas: Además, asimismo, así pues, al mismo tiempo…
  • Concluir o terminar: En conclusión, para finalizar, por último, en resumen…

Según Galán y Montero (2002) el lenguaje científico tiene unas características comunes:

  • Internacionalidad o universalidad: siendo el inglés la lengua científica reconocida en la disciplina, aunque no la única.
  • Univocidad o monosemia: Es decir, la exclusión de ambigüedad en los significados.
  • Precisión: Relacionada con la anterior, refleja la escasez de sinónimos. Los términos utilizados cumplen la función de sustituir a una definición específica. En Fisioterapia, como en otras ciencias humanas, hay que tener en cuenta que no existe consenso en la definición de muchos de los fenómenos de la disciplina. Por este motivo es importante que en el TFG se contextualice, en la introducción y su apartado teórico, con la mayor precisión posible el marco teórico desde el que se ha trabajado (Lasa-Aristu y Amor.s.f.).
  • Objetividad y neutralidad: Lo importante de una comunicación científica son los resultados de la investigación, las conclusiones de la revisión teórica, más que la autoría en sí misma. Para conseguir esto, generalmente se recomienda:
  1. Utilizar oraciones enunciativas en modo indicativo (p.e: “esta perspectiva propone la existencia de…”).
  2. No utilizar la voz pasiva y oraciones impersonales: p.e: “se contemplaron 4 intervenciones”.

En Ciencias de la Salud, la escritura científica debe regirse por su neutralidad emocional, esto es, evitar connotaciones subjetivas y afectivas propias del lenguaje coloquial (Martínez Almagro, Aleixandre, Fernández, Ríos y Navarro, 2007)

Siguiendo las pautas para la redacción de un artículo (Stenberg, 1996), puede utilizarse la siguiente lista para revisar si la redacción del TFG cumple con las recomendaciones generalmente establecidas:

  • La redacción debe interesar, informar y persuadir al lector.
  • Escribir pensando en el lector.
  • Escribir con claridad.
  • Eliminar la redundancia innecesaria.
  • Evitar digresiones o romper el hilo de lo que se está diciendo haciendo referencia a cosas que no tienen conexión con lo que se está tratando.
  • No explicar demasiado.
  • Evitar la sobrevaloración.
  • Evitar calificativos innecesarios y personales.
  • Utilizar la palabra precisa.
  • Optar por frases sencillas.
  • Optar por las palabras o expresiones más sencillas.
  • Utilizar palabras y ejemplos concretos.
  • Escribir en voz activa.
  • Optar por las construcciones afirmativas en lugar de las negativas.
  • No omitir el sujeto cuando el sujeto anterior es diferente.
  • Utilizar frases resumen.
  • Utilizar frases de transición, es decir, que conecten unas ideas con otras. A veces, es interesante añadirlas al releer el trabajo.
  • Mantenerse en segundo plano, es decir, evitar las referencias de primera persona, excepto cuando hay buenos motivos para llamar la atención sobre uno mismo.
  • Citar las fuentes.
  • Leer el artículo en busca de errores.
  • Pedir una lectura del TFG a un colega.

Referencias

Bobenrieth, M.A. (1998). El estilo en la comunicación científica. En Metodología de investigación y escritura científica en clínica. 3ª edici. Edit. R. Burgos Rodríguez. Granada. Escuela Andaluza de Salud Pública. Consejería de Salud de la Junta de Andalucía

Galán, C. y Montero, J. (2002). El discurso tecnocientífico: la caja de herramientas del lenguaje. Madrid. España: Arco/libros

Lasa-Aristu, A. y Amor, P.J. Características del lenguaje científico. Consultado en internet 14-9-2018. http://biblioguias.uma.es/Trabajos_Academicos/Redactar

Martínez-Almagro, A., Aleixandre, R., Fernández, T, Ríos, J. y Navarro, M. (2007) Terminología, método científico y estadística aplicada en Ciencias de la Salud. Edit. Morphos. Murcia

Sternberg, R.J. (1996). Investigar en psicología. Una guía para la elaboración de textos científicos dirigida a estudiantes, investigadores y profesionales. Barcelona, Paidós.

www.tfgsalud.uma.es